Tosca en TV

9 05 2011

“¡Me has traicionado!”

Frase común cuando las personascse sienten traicionadas en su confianza, cuando suponen una verdad, cuandocpiensan por el otro, en ocasiones es muy común que las personas se sientan así.cPero es un sentimiento que daña, que daña no solo a la persona que lo siente, sino a la persona “traidora” porque a veces las acciones no son siempre lo que aparentan. Es difícil ponerse en el lugar de otro. Lo que piensa, lo que siente.

“¡Mario! ¡Mario! ¡Moriré contigo!”

El amor en su máxima expresión, dar la vida por otro. Solo las personas que aman, con un amor inmenso que no cabe en su ser, son capaces de ofrendar su vida por otra persona; las religiones tienen esa premisa como un símbolo de máxima expresión del amor, aunque para algunas personas, el amor no exista, aunque supongan que solo es una ilusión pasajera.

“¡Es una boba!” Dirían algunos intelectuales, cuya expresión solo delata la falta de confianza en otra persona, en el miedo que sienten de ser dañados, o que sean dañados nuevamente, por algún desamor que los orilló a pensar que el amor no existe, pero cuando lo encuentran, buscan de todas formas desacreditarlo, fingir no verlo, y sumirse en el mundo pasional que se fundamenta en el amor efímero, casual, sin raíces.

“¿Quiere que busquemos juntos el modo de salvarlo? A las mujeres hermosas no me vendo por dinero…Tengo a tu Mario en prenda… Eres demasiado bella, eres demasiado amorosa… Como hicimos con Palmieri… una ejecución simulada…”

El chantaje, arma de los débiles, cuya fortaleza espera ser el último recurso al que recurran cuando no tienen otra
opción. Conquistar el amor de una mujer, siempre es un reto, pero el chantaje solo es el arma de los cobardes, que se aprovechan de la situación débil de otros. La belleza es efímera, el ser hermosa, no. Perdura con el tiempo. El que
una mujer sea amorosa, solo denota que es una mujer segura de sí misma, de sus actitudes y aptitudes, independiente, libre y soberana como cualquier ser humano, libre de amar, de volar con la imaginación, y de liberar sus pasiones en el momento que lo desea, siempre en el contexto de su responsabilidad.

Cuando Tosca se siente acorralada, y ve que el amor de su vida se encuentra en peligro, escoge la opción última, salvarlo fingiendo aceptar los favores pasionales, recurso al filo de la navaja, que orilla a tomar decisiones bajo presión.

¿Qué hacer por un amor? Todo… Ir por el amor, en donde sea que se encuentre, hasta debajo de las piedras, hasta el fin del mundo, no hay imposibles para ir en busca del amor, o para salvar el amor. Esa decisión de Tosca por su amor, puede ser interpretada por todos como una opción lógica, aunque si examinamos bien la trama, podríamos suponer que en lugar aceptar la propuesta, podría haber ofrecido sus favores a los guardias que custodiaban a Mario…

“¡Este es el beso de Tosca!”

¡Ah! El amor, expresado en la unión física… en los labios, lugar donde las terminales nerviosas son muy sensitivas. Pero con un sarcasmo en la escena que, solo logra darle fin a la incertidumbre en su mente, tratando de aprovechar que la orden de salvación había sido firmada. Pero como por lo general ocurre, no se espero a verificar la veracidad del compromiso.

“Se desvaneció para siempre mi sueño de amor… ¡nunca en la vida había amado tanto! Mi alegría y deseo nacen de
ti… ¡Es tan dulce tu voz…!”

Este sentimiento sublime del ser humano, nubla la vista, cierra el pensamiento lógico, y enciende los sentidos primitivos, pero con el afán de ser uno del otro, uno para el otro, pero sin dependencia, con libertad y compromiso, quienes lo asumen, hinchan su corazón de sentimientos; creyendo que el triunfo se encontraba cerca, así como la salvación del ser amado. El peligro radica cuando fundamentamos el amor con raíces externas. Amar, si amar, pero no dependiendo del otro. Amamos por amor, no por otro.

“¡Qué apuesto es mi Mario! ¡Mario levántate!”

Cuando, “el simulacro” termina, Tosca se da cuenta que Mario fue realmente muerto, creyendo que finge, busca vanamente, una respuesta. Pero no, Mario realmente sucumbe a las balas de los adversarios, cuyo compromiso con la responsabilidad, acaban la tarea encomendada; siempre la responsabilidad por encima de valores y sentimientos. El final de Tosca, no es inesperado, ya que ella estaba dispuesta a ofrendar todo, y recalco TODO por su amor, y la decisión de dar su vida, solo enmarca el amor que sentía por su Mario.

La intérprete, María Guleghina, sublime en su actuación, con una voz potente, que endulza los oídos, es un ejemplo de la ópera, pero de una ópera de calidad, con una escenografía que no distrae la trama, pero que sí contextualiza la obra de una manera sencilla pero original.


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